En Señor Sol trabajaban obreros y obreras, los dueños eran de clase media y el ambiente de comensales y amigos provenía del movimiento de la Nueva Era, variado, multicolor y diverso como la propia Buenos Aires. Era por 1984 un elegante restoran vegetariano con las paredes pintadas de violeta ya que los dueños y algunos empleados eran devotos y seguidores del "iniciado" esoterista Saint Germain, creyentes en la llama violeta, a la cual todas las noches antes de retirarse del local, rezaban una oración al apostol Santiago. Llamaban a las oraciones "decretos" y se "decretaba" en inglés. Probablemente reclamaban al apostol protección, salud y prosperidad. Lo cual "mágicamente" se produjo una noche en un episodio digno de contar ante una situación de peligro. Quien escribe repetía un poco mecánicamente las salutaciones sin entender mucho por aquélla época y hoy, el inglés, de forma que no era un creyente convencido de lo que se hacía aunque si respetuoso de la ceremonia. Actuó el ángel aquella noche o simplemente eran otros y mejores los tiempos para Buenos Aires que ahora ?.
Pequeñas mesas contra las paredes en dos piezas separadas, noches a la luz de las velas, manteles blancos y música suave y relajante, completaban el magnífico ambiente de paz para cenar sabrosos platos vegetarianos. Le seguían las despensas y al final la cocina, pequeña, cálida, confortable.
Una noche entraron los amigos de lo ajeno al restoran. A la una se iban todos y algunas noches, el lavador de platos quedábase a dormir pues vivía muy lejos, a unos 40 kms de la ciudad. Se acostaba en el suelo y se dormía rápidamente. Parece que la fiesta de los ladron sucedió entre las tres y las cinco. El lavador de platos nunca lo podrá saber ya que dormía plácidamente a contrario del comentario posterior de la dueña "decime la verdad vos te hiciste el dormido". Los "cacos" rompieron los vidrios del frente, se deslizaron por las habitaciones, sacaron las tortas de la heladera y las comieron en la azotea, el hambre puede haber salvado al lavador; robaron la propina del pantalón del lavador que estaba a sus pies y todo esto sin que el agraciado empleado oyera nada. A las cinco se enteró que habían roto los vidrios y de la llegada de la policía, llevándose los equipos de música. "Decime la verdad vos te hiciste el dormido" resonaba la voz de la dueña, entre las risas de otros. Actuó el ángel para que durmiera el lavador de platos? qué hubiera pasado si el empleado despertaba? CONTINUARA.
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